El Piano

jueves, 9 de diciembre de 2010

¿ MANÍA?

Cada día, al abrir los ojos, me invade el gozo, sería casi perfecto sino fuera por esos pelillos que a veces veo invadir mi barbilla y dudo. Dudo si ir al baño, coger las pinzas y atacarles o envolverme en el delicioso aroma del café que aún está por hacer.
La elección la hago rápido, primero los pelos porque ¿ si se llenan de café ? solo faltaría que en vez de blancos los viera marrones, claro que si me lavo la cara está solucionado, pero sería ir en contra de mis prioridades; lo primero es lo primero, a si que cojo las pinzas y el espejo de lupa, me miro y por allí, no se muy bien por donde, están, lo sé, siempre están, son insistentes y obstinados pero... yo lo soy más, los pillaré.
Y así comienzan mis mañanas, sería algo banal sino fuera porque las pinzas siempre van conmigo en un rincón del bolso, donde las pueda localizar, y es que cualquier espejo me invita a utilizarlas, el del recibidor de casa, el del ascensor ( este es genial parece de aumento ) y ¿ el del coche ? este no es bueno pero si muy útil, las pinzas simpatizan con todos los semáforos en rojo y cuanto más largo es el trayecto mejor, más veces las puedo utilizar, además levanto las miradas de los conductores vecinos ¡¡ como me miran !! segura estoy que ellos no los ven, y algunos hasta balbucean palabras que no alcanzo a entender aunque no me importa porque los piropos siempre me sientan muy bien.
Eso sí, tengo una duda, hay quien dice que es una manía y a mi me parece que es algo normal
¿ o no ?

Seguidores