El Piano

viernes, 4 de agosto de 2023

RETROSPECCIÓN


Es este rostro, donde el aire y el sol forjaron arrugas, el mismo que al cerrar los ojos contemplo y veo, en el túnel del recuerdo, tu carita ingenua, noble, llena de luz y esperanza, adornada con tirabuzones y algún que otro bonito sombrero. 

A veces pícaros pensamientos anidan en mi mente,  entonces retornas a mí parando el tiempo. En esos momentos vuelvo a sentir la felicidad; porque fuiste muy feliz rodeada de amor y  juegos, sin sospechar que la vida te daría instantes muy tristes e intensos momentos de ilusión.

 Y ya ves, estoy hablándote e imaginando que puedo atravesar los años para decirte...

Que no dejes de mirar los ojos oscuros de madre, que fundas la cara entre sus pechos cuando, tumbada sobre ella, te abrigue su vientre, que te alimentes de ternura con el cálido latido de su corazón, que cuando te castigue borres ese gesto mohíno que te caracteriza y que,  extendiendo los brazos, le pidas perdón,     

Que cantes con todas tus fuerzas al compás de padre las inacabadas canciones de los domingos cuando, acurrucada a su lado, esperas el desayuno, que le pidas que te lleve a hombros por la calle y que te estés quietita y silenciosa cuando oiga esa emisora de la radio que hace tanto ruido y que nadie debe de saber que escucha.

Que aproveches los momentos de juego con los hermanos, que bajes a cambiar novelas, a la Soco, si te lo piden y que no abuses del pequeño engañándole, con jugar con él, para que friegue los platos que ese día te tocaban limpiar; y por encima de todo no te enfades si crees que se ríen o se mofan de ti.

Que te tomes la leche en polvo y el queso amarillo del cole, aunque se que no te gusta mucho, que te llenes del olor de la estufa, de las tizas y los lápices de la clase

Que saques brillo a esos bonitos zapatos de charol y que te muevas dando vueltas a tus vestidos almidonados,

Que al acostare dejes que la abuela caliente, sobre tus piernas, sus pies y que no llores mucho cuando se vaya, porque allí donde está, dentro de tu corazón, sigue cuidando de ti.

Es genial poder hablar y reencontrarme contigo aunque, de alguna manera, siempre vuelvo a ti.

Canta, ríe, juega, deja que entre el sol y sueña...
nunca dejes de soñar que la vida te está esperando.




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