El Piano

miércoles, 9 de diciembre de 2009

PROHIBIDO PROHIBIR





Aprisionada en el pecho de Marina vivía una época de inquietudes y desasosiegos. Como un acogedor útero su pecho me protegía, con celo, alimentándome de esperanza. Me hacía crecer cada vez que, esquivando hediondos uniformes grises, escrbía, con letras muy grandes, mi nombre por las callejuelas y esquinas, o cuando con grandes brochazos tapaba insidiosos carteles de PROHIBIDO y en secreto de sus labios se escapaban letras prohibidas de prohibidas canciones.
Un esperanzado mundo con libertad fluía de sus ojos cuando, desde mi calabozo, yo la hacia sentir viva y ella entonces transformaba mi desesperanza en lucha, abriendo nubes de futuro ante mí.
Frágil y quebradiza crecía, impetuosa, dentro de ella esperando mi nacimiento.
Muchos años duró mi gestación, cientos de pechos y voces gritando mi nombre me dieron vida y aunque no nací con un pan debajo del brazo, si que traje, a este mundo, un tatuaje grabado en mi piel, donde se podía leer: PROHIBIDO PROHIBIR.

Firmado:

LA LIBERTAD




miércoles, 2 de diciembre de 2009

PORQUE SOY COMO UNA RUEDA





No sé si el destino existe o si alguien se inventó esta historia para justificar éxitos y fracasos, lo cierto es que, en un interminable flujo de idas y venidas, el binomio de sentimientos, ideas e ilusiones se termina aparcando en la rutina y el espíritu cazador de mis sueños se siente impotente ante la inexorable rueda que es mi vida.
Aceptar que gira una y otra vez hacia situaciones conocidas y rutinarias, es la solución que me permite diferenciar en la rueda de mi existencia diferentes potenciales y ella, con su voltear, me ofrece la constante satisfacción de reconocer las pisadas que voy dejando en las arenas de mi camino, pudiendo trucar errores por aciertos, fracasos por éxitos, odios por amores, recuperar sueños perdidos y gracias a que soy como una rueda mi vida, entera, gira siempre conmigo.

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