" Todo era irreal". La noche callada de silencios, con la luna apagada y las estrellas ausentes.Aquel semáforo al que mis ojos eran ciegos a pesar de su constante parpadeo.
El coche lleno de combustible y sinembargo paralizado delante de nada.
Una avenida amplia por la que goteaba, de vez en cuando, un vehículo perdido en la madrugada.
El jardín a mi derecha, silencioso, fúnebre, con sus sombras fantasmagóricas que no murmuran nada.
Y el templo tan rastreado,tan pisado, compañero de lágrimas e ilusiones, refugio de mi cuerpo y de mi alma en los momentos clave de mi vida, tan frío, empedrado, mudo,contemplando inmutable mi pavor y mi miedo.
Unas manos que me atropellan, un cuerpo que se me viene encima y que suplica, pide, manda, ordena y por último arrebata lo que yo no quiero dar.
Una amenaza,un secuestro sin sentido y sin fin.
Mis labios nacen mudos a la odisea y se van transformando según corren los ¿segundos?¿minutos? ¿horas?. No hay tiempo, no hay espacio. Es la nada.
Mi ser, mi cuerpo, mi mente, mis sentidos piden, suplican clemencia.............. La suerte esta echada.
Mi cuerpo, apenas vestido, con sus ropas más escondidas a la altura de los tobillos tiembla, se rebela, se agita, se niega, pero............. poco a poco se afloja, se deja conducir a un infierno donde no tiene ningún poder.
Mi boca comienza a susurrar palabras ordenadas desde unos labios que no son labios, so
n ascuas que arden y que me abrasan. ¡¡ Cuanta palabra absurda !! cuantas frases obscenas estoy obligada a articular, mi garganta se niega pero mi alma preñada de miedo la pone voz´
¡¡Que chirriar de cuerpos!! ¡¡Que choque de sentimientos!! ¡¡Que desgarro de pasiones manan de dos seres sin vida!!
El, porque estaba muerto,muerto por el más absoluto abandono de amor
Yo muerta, sepultada mi nobleza, mi inocencia, por un alud gélido de odio y estupor.
"Todo era irreal". La huida de la pira satánica, mi ropa limpiando el polvo del asfalto, mi cuerpo desnudo iluminado por faros trasnochadores, y aquel señor, como salido de un cuadro, con su perrito, su bastón y un sombrero de paja, ¿ qué haría a esas horas con un gorro de paja?
Un abrazo anónimo y cálido que me ayuda a vestirme, que me acompaña a la comisaría.
..... comienza la pesadilla.
Hoy, 10 años después, sentada en un banco al lado del semáforo , del jardín y del templo, repaso la escena.
Quiero olvidar y sobre todo necesito perdonar.
Para ti, ser que sufres, que me hiciste y me haces sufrir. Para ti mi ultimo recuerdo.
Hoy, 10 años después, he podido volver a aquel semáforo que se llevó mi fe en el calor y en el verdadero amor de los hombres. ( escrito el 21/3/1999 )
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