El Piano

miércoles, 18 de noviembre de 2009

NOSTALGIA

Sentado en un banco de la rambla, cuento las mujeres con las que me gustaría acostarme.
¡¡ Increíble !! no pasa ni una sola con la que mi imaginación no se dispare y en mi cara no se dibujen sonrisas, claro que diferentes, a veces de complicidad, a veces interrogantes y otras, las más, de resignación.
Nunca hay respuesta, como mucho miradas de desdén o de indiferencia.
Mis dedos se amontonan intentando sumar, no tengo bastantes y me lío, ¿ y si me atreviera a pedirle al viejecito sentado a mi lado que me preste sus manos ? Pero...no, sería peor, seguro que romperían en pedazos la tibia esperanza que acompaña mis deseos.
Miro las mías, tampoco son jóvenes, cientos de surcos dibujando seniles arrugas, me devuelven a la realidad. Miro el bastón, ya ajado por el uso, donde se sostienen mis pasos y una nube de melancólicos recuerdos se apodera de mi mente.
¡¡ Si ella estuviera aún aquí !! con cuanto amor la mirarían mis ojos y seguro que con una pícara sonrisa de complicidad me diría
- ¡¡ cómo me gusta acostarme contigo !!

domingo, 1 de noviembre de 2009

SOLEDAD


Con ojos ansiosos mira la puerta que ninguna mano abre, su piel solo acariciada por la pequeña gata, tiembla en la desesperanza y el aire inmóvil reseca su garganta por donde escapa un suspiro que hiela su corazón.
Sentimientos de desamparo pueblan su alma y la nada enmudecida le envuelve.
Solo el tic-tac del reloj, perpetuo compañero, suena imparable rompiendo el silencio.

SI AQUEL PRIMER DIA........


Si aquel primer día él no me hubiera besado esta carta tristemente no existiría.
No llegué a ver tu cara, ni a acariciarte las manitas, me perdí el gozo de ponerte sobre mi pecho y tuve que cantarte deliciosas nanas con los ojos cerrados mientras imaginaba que te mecía. No velé tus noches ni te bajé las fiebres, no hubo un primer día de colegio ni pude secar tus lágrimas por amores no correspondidos pero... durante muchos meses nos dijimos silenciosas palabras, tu alma y la mía se fundieron en una sola. Al tiempo que mi vientre crecía y los pequeños movimientos de tus escondidos pies me acariciaban por dentro, forjabas un rincón de luz en mi corazón.
Hoy tu imaginada carita pone rayos de sol en mi mirada y se que las nanas, que te sigo cantando, las arrastra el viento hacia donde tu estás.
La noche en que te fuiste me rompí pero...
si aquel primer día él no me hubiera besado este amor que celosamente guardamos tu y yo tristemente no existiría.

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