Un clavel rojo, una lágrima resbalando por mi mejilla y una sonrisa fue lo primero que Dolores vio al abrir los ojos en la pequeña habitación del hospital.
Atocha, enero de 1977, época de transición, un despacho de abogados laboralistas es atrop

La respuesta popular fue unánime, cientos de miles de personas testimoniamos por las calles nuestro horror, y esa primera manifestación multitudinaria, después de la dictadura, nos llevó a todos a celebrar con gritos de libertad un sabado que como este era un sábado santo, sábado de resurrección, sábado rojo.
Se había oficializado la legalización de uno de los grandes partidos que más había luchado por las libertades y con ello comenzaba a caminar la democracia, la ilusión y la esperanza.
Hoy, semana santa, los católicos reviven la pasión y el sacrificio de Jesús por ayudar a los hombres, 33 años dicen que tenía cuando murió y 33 años el día que resucitó.
Semana santa, días de recogimiento y meditación, de procesiones y viacrucis, de vacaciones para unos y recuerdos para otros, el olor de las torrijas y el potaje me arrastra 33 años en el tiempo y revivo aquel sábado

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