Soy un peón danzando sobre una tabla de cuadros, unas manos aciagas me mueven a su antojo. Grito pero no quieren oir. Están sordas a mi indignación, a mi rabia, a mi decepción, a mi súplica...a mi lamento.
Como en una partida de bridge, cuatro poderosos subastan mi vida y la de mi gente. Compiten a ver quién apuesta más alto, quiérn lleva en sus manos las mejores cartas, quién es el más arrogante en su poder.

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