El Piano

miércoles, 30 de noviembre de 2011

HABLANDO AL PASADO


Es este rostro, donde el aire y el sol forjaron arrugas, el mismo que al cerrar los ojos contemplo en el túnel del recuerdo, y veo tu carita ingenua, noble, llena de luz y de esperanza, adornada con tirabuzones y algún que otro bonito sombrero.
A veces pícaros pensamientos anidan en mi mente y entonces retornas a mí parando el tiempo. En esos momentos vuelvo a sentir la felicidad infantil, porque fuiste muy feliz rodeada de amor y juegos, sin sospechar que la vida te daría instantes muy tristes e intensos momentos de ilusión.
Y ya ves, estoy aquí hablándote, imaginando que puedo atravesar los años para decirte que no dejes de mirar l
os ojos oscuros de madre, que fundas la cara entre sus pechos cuando tumbada sobre ella te abrigue su vientre, que te alimentes de ternura con el cálido latido de su corazón; que cuando te castigue borres ese gesto mohíno que te caracteriza y extendiendo los brazos le pidas perdón.
Que cantes con todas tus fuerzas al compás de padre, las inacabadas canciones de los domingos, cuando acurrucada a su lado, esperas el colacao, que le pidas que te lleve a hombros por la calle y que te estés quietita y silenciosa cuando oiga esa emisora de la radio que hace tanto ruido y que nadie debe de saber que escucha.
Que aproveches los momentos de juego con los hermanos y no te enfades cuando parezca que se ríen de ti.
Que te tomes la leche en polvo y el queso amarillo del cole, aunque se que no te gusta mucho; que te llenes del olor de la estufa, de las tizas y los lapiceros de la clase.

Que saques brillo a esos bonitos zapatos de charol y que te muevas dando vueltas a tus vestidos almidonados.
Que al acostarte dejes que la abuela caliente, sobre tus piernas, sus pies y que no llores mucho cuando se vaya porque allí donde está sigue cuidando de ti.
Es genial poder hablar y reencontrarme contigo, aunque de alguna manera siempre vuelvo a ti.
Canta, ríe, juega, deja que entre el sol y sueña, nunca dejes de soñar que la vida te está esperando.

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